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Fluorescente y Fotosensible

A principios del siglo XXI, un grupo de científicos propusieron categorizar una nueva etapa geológica que sucediera al Holoceno (época actual del periodo Cuaternario, en esta Era Cenozoica), a la que se le denominó como Antropoceno. Esta nueva etapa ha sido rechazada para ser integrada formalmente en la Escala Temporal Geológica o Tabla Cronoestratigráfica Internacional, al considerársele más una postura política, con insuficientes elementos que la posibiliten cual etapa geológica. El Antropoceno argumenta acerca del significativo impacto que el comportamiento humano ha tenido sobre los ecosistemas terrestres debido a las emisiones de dióxido de carbono, la deforestación, la producción de plásticos y cemento, entre otras actividades, que se han intensificado desde la emergencia de la Revolución Industrial, aunque un grupo de científicos consideran que tales impactos deberían fecharse desde las primeras actividades agrícolas o incluso desde los cazadores-recolectores. ​ Al examinar el proyecto «Fluorescente y Fotosensible», de Antero Escandón, lo relaciono con los debates entre la comunidad científica sobre la validez de la propuesta que significa el Antropoceno, premisas que posibilitan una diversidad de lecturas y acercamientos. En este proyecto, Escandón nos invita a pensar en el impacto que la luz artificial incide en las plantas, cualquiera de su clasificación. En el ciclo natural de la fotosíntesis, llevada a cabo por distintos organismos tanto en medios acuáticos como terrestres, la energía que aporta la luz solar es fundamental para la vida en el planeta, función en la que la energía lumínica se transforma en energía química para posteriormente convertirse en materia orgánica, imprescindible para la constitución de los seres vivos. Así mismo, esta luz solar, de alguna manera indica los ciclos de activación y descanso, crecimiento y alimentación, en la mayoría de los organismos en el planeta, entre ellos los humanos. Con el advenimiento de la electricidad y las lámparas incandescentes, ciertamente los ciclos naturales regidos por la luz solar de innumerables seres vivos se han visto influenciados, ocasionando con ello modificaciones en distintos grados sobre sus configuraciones orgánicas. En los humanos, por ejemplo, está comprobado que un exceso de exposición al alumbrado artificial y la radiación ultravioleta que emiten, ocasionan problemas cutáneos, de visión y trastornos del sueño, entre otras problemáticas, sin mencionar los daños psicológicos y emocionales que derivan. En el caso de las plantas, el alumbrado artificial también afecta en su constitución orgánica, acelerando y manteniendo una producción fotosintética constante, sin detener el proceso en aras de un descanso natural. Estas y otras cuestiones que se posibiliten dilucidar son las que este proyecto de Antero se abordan a través de una serie de obras artísticas que aparecen desde medios, soportes y formatos precisos, permitiendo así múltiples lecturas para el análisis en cuestión. Fotografías, arte objetos, instalaciones, GIFs, aterrizan como detonantes para preguntarnos acerca del impacto que los humanos, específicamente el moderno y aún más el de la Tercera Revolución Industrial en el hipercapitalismo, ha y está ocasionando en el ecosistema del cual también es parte. ​ Eliud Nava | Curador.

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